
Después de permanecer bastante controlada durante el día de ayer, la fiebre ha vuelto a aparecer por la noche y las tripas volvieron a desmadrarse. Al final, Daniel y padres se han ido para Urgencias a eso de las 7 de la mañana. La analítica ha descubierto el virus joputa. Parece que anda haciendo estragos en la ciudad. Bueno, hacia mitad de la mañana ya de vuelta para casa, medicado y con buen pronóstico (crucemos los dedos), a decir del galeno de urgencias, que me ha dado la impresión de que contextualizaba bien los síntomas en un paciente de las característica de Daniel, es decir, con sus cosas propias de la parálisis cerebral.
Sin embargo, y aquí iba yo con este nuevo parte al que os someto, la contextualización ha sido ninguna, cuando han examinado a Daniel tras llegar a Urgencias, al final del turno de la noche. Sólo enumeraré, sin apenas narrar, que nos alargaríamos mucho, y al fin y al cabo vuelve a ser lo de casi siempre, al cabo de veinticuatro años en los que han sido unas cuantas visitas a los hospitales.
- Sigue costando que entiendan que, a la hora de extraerle sangre a Daniel, es mejor que estemos alguno con él, porque entre la espasticidad, la desconfianza y la mala leche que puede llegar a gastar, la cosa se complica bastante a veces. Con alguno de nosotros, sobre todo con su padre, siempre resulta más fácil. También vendría bien que para estos casos, se aplicara, a la hora de dejar la vía puesta, la técnica pediátrica del entablillado, para que el brazo no se mueva sin ton ni son y la aguja se nos salga a los dos minutos. Pero en los hospitales de mayores, no se estila la técnica. En fin, que para extraerle sangre a Daniel y dejarle puesto un gotero: no sirve el protocolo estándar.
- Tomarle la tensión a Daniel lleva su tiempo. Si le insertas el dedo en el tensiómetro, lo normal es que mande el aparatito a cascarla. Le va a dar igual, por razones obvias de su espasticidad, que la médica le insista en que tienes que tener el dedo en horizontal, Daniel. Además, si le conocieran (que no tienen por qué, pero para eso andamos pegados a la silla del chaval los demás), sabrían que él suele procurar que los neófitos e ignorantes en discapacidad reciban una lección acelerada por inmersión en las dificultades propias de la situación. Para tomarle la tensión, primero relajarnos y después de unos minutos, procurar extender un brazo bien, y mientras cantamos algo, pues venga, medimos. Ya sé que no es fácil. Pero es la única manera. Es lo que hay. No sirve el protocolo estándar.
- No vas a poder conseguir muestra de pis ( o pig, que diría Daniel) para análisis. Lleva pañal. No controla. Y volvemos a lo de no lo va a poner fácil, porque si no estáis preparados para atenderme según circunstancias, pues qué quieres qué te diga, que en este mundo no sólo yo tengo parálisis cerebral, somos algunos cuantos (se lo leo en la cara, cuando viene la enfermera del turno de mañana ya y ya sabiendo ella un poco de qué va esto, a preguntar, que ya sé que hay casos en que no todo se puede hacer al milímetro, nos ha dicho nuestra heroína de hoy). Cuando era pequeño, en el Hospital Infantil siempre recurrían a la bolsa pediátrica de recogida de pis, que tampoco funcionaba le hemos dicho, así qué. Igual hay otros medios de analizar orina, o se podía investigar al menos, no sé, digo yo. En fin, que el protocolo estándar no sirve.
- Auscultarle la espalda, sí que se puede, aunque vaya en silla de ruedas. Está sentado en ella. No pegado a ella. El protocolo estándar sí que sirve
- Y también se le puede sacar radiografías. Incluso sentando en la silla de ruedas le han hecho radiografías, colocando la placa en su espalda. El protocolo estándar casi sirve.
- Lo sentimos, pero para trasladarle desde el box a rayos, no puede cambiarse a una silla de ruedas estándar, porque la silla que necesita Daniel tiene sus apoyos laterales, de aductores, apoya cabezas. Si necesitamos llevar el gotero, las únicas posibilidades es un soporte con ruedas que vamos empujando a la vez que la silla, o hacemos uno de nosotros de palo. El protocolo estándar casi sirve.
- Y sí, hemos ido a Urgencias temprano a las 7 de la mañana, sentimos haber pillado el cambio de turno en sala de rayos, ains, porque lo hemos considerado conveniente, esperando también, sí, que a esa hora, no hubiera mucha gente, como afortunadamente así ha sido. El radiólogo ha tardo tres minutos en venir. No problemo.
Pero, en fin, estamos acostumbrados, aunque no deberíamos y seguimos opinando que, al menos, antes de nada, puesto que está claro el desconocimiento, podrían preguntar y confiar un poco (recuerdo un ingreso puntual en Observación, durante el cual todo fue fenomenal, gracias precisamente a que tomaron en consideración nuestras advertencias, nuestras respuestas a las dudas, que entendemos normales).
Nota: no es este que os he contado el problema ocurrido al que me refería en el anterior post. Para que no pensemos que la cosa no se puede complicar más. Que sí. Pero ya os lo contaré.