No sé si conocéis el podcast «Ecos», un proyecto de ensayos sonoros de Jorge Carrión sobre la percepción del mundo contemporáneo a través de los sonidos, sobre cómo aprender a escuchar, con un tema por capítulo: el amor, las aves, los minerales, el mar, el espacio exterior, también el silencio … Os lo recomiendo muchísimo (lo podéis encontrar en Podium Podcast, la plataforma de CaixaForum o Spotify)
He escuchado los capítulos que conforman este libro sonoro, algunos de ellos un par de veces por lo menos, pausando su discurso para dictar, a mi vez, notas diversas. Algunas de ellas espero que me sean útiles para un proyecto, aún muy en mantillas, sobre nuestra experiencia familiar y personal en relación a los entornos de la diversidad funcional y la neurodiversidad. Pensaba, por ejemplo, como ya habréis podido imaginar, en la importancia fundamental que la escucha ha tenido y tiene para Daniel en su vida. Como en el recorrido que hace Carrión en su podcast, Daniel accede al conocimiento del mundo fundamentalmente gracias a la escucha. El tiene algunos problemas de visión, no dispone de lenguaje escrito, pero entiende y comprende perfectamente el lenguaje oral y, aunque tiene, como sabéis, muchas dificultades físicas para comunicarlo, sabemos que su pensamiento se construye de acuerdo a las estructuras de nuestra lengua castellana. Así que escuchar para Daniel es vital. Siempre está con las antenas dispuestas, siempre está atento, y siempre está abierto a toda propuesta narrativa que se le proponga, porque todo relato externo que pueda escuchar es una nueva puerta (que luego puedo o no interesarle, como es lógico, mantener abierta).
Puesto que Daniel no puede priorizar, como hacemos los demás, el decir sobre el escuchar, quienes estamos junto a él hemos aprendido, aún más de lo que ya intuíamos, sobre la importancia de una escucha atenta, nítida, incluso repetitiva y perceptiva de los matices que se injertan en cada repetición, convirtiendo en variantes nuevas el primer mensaje: en la música (tantas versiones escuchadas de la Danza Húngara N5 de Brahms, como ya os hemos contado), en los cuentos y relatos (tantas versiones de El Principito, por ejemplo), en las informaciones sobre los temas que le interesan.
Daniel escucha el mensaje en sí, pero también valora al mismo tiempo el timbre de una voz, el tono de una conversación, el ritmo de una frase, no sólo como un aditamento, sino como partes fundamentales, a veces mucho más decisivas para él que los propios conceptos comunicados, a la hora de establecer si debe confiar o no en el mensaje, si va todo bien o no, o simplemente si le interesa o no. Daniel sigue así, intuitivamente, la fusión nietzscheana entre música, verdad y lenguaje. Ya veis.
Espero poder avanzar en todas estas cosas, contarlas también con más fundamento. Porque junto a nosotros hay formas de estar en el mundo y de entenderlo de las que podemos aprender muchísimo, sobre todo en este tiempo ruidoso y confuso. Veremos.
