Queridos titiriteros: el ritmo de acción es el que es. Ya lo entendemos. Y el resto de niños pueden accionar su laringe y sus cuerdas vocales de manera espontánea y sin esfuerzo aparente, sus voces saltan con nitidez y rapidez ante vuestros requirimientos. Pero los mússculos de la laringe de Daniel se organizan con lentitud, y su lengua todavía no tiene aprendidas todas las posiciones para vocalizar bien… Bueno, un logopeda os lo explicaría mejor, incluso vosotros sabréis mejor que yo de lo que hablo. Lo que quiero decir es que a Daniel, con tanta iniciativa como demuestra al ver vuestra obra, y con tantas ganas de participar, no le da tiempo a contestar. Ya sé que es complicado, pero tampoco tanto, simplemente, si alguna de las veces que pedís participación esperárais un poquito, así como suspendidos en el tiempo brevemente, él sin duda podría llegar a articular los nombres de los personajes, por ejemplo. Desde luego, cuando tiene que contestaros a algo con un gran monosílabo (como «sí» o «no»), ahí, no tenemos problemas. De todas formas, no nos damos por excluidos, para nada. Y para no desmotivarle lo que voy haciendo es iniciar yo la palabra o la frase y dejar que Daniel la termine. Así nos da tiempo.
Son especialmente útiles los vídeos de Titirimundi, porque permiten estar virtualmente en un representación callejera, con público, ruidos, etc. Eso ayuda a incentivar la participación de Daniel. Como son historias basadas en conceptos sencillos, muy próximos, que Daniel ya conoce con anterioridad, y como van apareciendo arquetipos que también (unos más que otros, claro) los conoce creo que le resulta bastante fácil asimilar y seguir no sólo el argumento de la historia sino también su intencionalidad. Lo que puedo asegurar es que, como decimos por esta tierra, «no se cantea» (verbigracia, no mueve ni una ceja), atento al máximo a la pantalla, y eso que algunas de las obras que hemos visto dura entre 45 minutos y una hora.
Así que, queridos titiriteros míos (yo tampoco «me canteo»), que sepáis que estamos además de divertidos, agradecidos, y mucho. Y como por esta ciudad tenemos tradición de títeres arraigada, a ver si nos acercamos por las salas cualquier día de éstos.