– Daniel, anda, no pasees todos los dedos por las paredes del pasillo…
(Silencio culpable… o silencio equivalente a «paso total»)
Hemos llegado a casa y nos dirigimos a la habitación de Daniel para cambiarle de ropa. Le gusta estar cómodo en casa: pijama y calcetines ahora en verano (o descalzillo directamente). Para cambiarle, hay que salir de la silla, claro.
– Daniel, anda, relajado y blandito, por fa, a ser posible, si no ayudas y te pones tieso como un palo es así como muy complicado sacarte de aquí… ¿me captas?
– Sí
– ¿Ayudas?
– Sí
– Bueno…, más o menos… Yaaaaaa aaarrrribaaaa
Ya con Daniel sobre la cama, hacemos el cambio de ropa, mientras batallamos un rato: batallamos jugando, peleando en broma, y batallamos de verdad:
– Daniel, anda, deja que saque la manga… Ayuda, venga, blandito…
– Sí … ja,ja,ja…
-Daniel, no des patadas ahora, ahora no peleamos ya, ponemos el pantalón, ¿vale?
-Sí…. (patadón, medio salto, medio pirueta…)
-¡¡Danieelll!!!
-Ja, ja, ja…
– Bueno, ya. ¿Merendamos?
– Siiiii
– Vale, te cojo pues y vamos a la silla para merendar…
-¡ Yyyyy….! (exclamación de Daniel acompañada por expresión de cierto dolor)
– ¿El pie, Daniel, te he dado con la mesa?
– Siii
– Lo siento, perdona, es que eres ya tan grande …
– Síii, ja,ja,ja…
Exactamente dentro de una semana, el domingo que viene es el cumpleaños de Daniel. Y por la foto de aquí abajo (que traemos desde el USBdeidayvuelta que empleamos durante el curso) podéis comprobar que efectivamente Daniel está ya muy grande…
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SpiderDaniel en el columpio-colchoneta de la Sala Snoezelen |